sábado, 27 de agosto de 2011

El capitán del batallón.

Una leyenda compostelana dice que en la catedral de Santiago hay una determinada piedra que sujeta toda la estructura barroca, que si se mueve se derrumba el templo. En el Soldado pasa algo muy parecido. Pero al contrario de lo que pasa en la capital gallega, en la que se desconoce qué piedra es la pieza clave, de todos es conocido cual es la pieza que consigue que la gran máquina rojinegra carbure.

Tal es su importancia, tanto dentro como fuera del campo, que el equipo ha decidido otorgarle la capitanía, toda una responsabilidad. Hablamos del nuevo capitán del batallón miembro, Carlos Heras.

El jugador astur sorprendió a propios y extraños la temporada pasada. Con su toque bohemio ha llevado la tranquilidad y la cordura al vestuario. Su llegada a la capitanía ha sido también un movimiento de marketing, puesto que en el curso que acaba la camiseta con el 17 a la espalda fue la más vendida, por delante incluso que la de Dieks.

El entrenador miembro, Roberto Gil, fue preguntado recientemente por el ariete asturiano y, como siempre, nos hizo un análisis minucioso digno del verdadero crack que es este enamorado del fútbol.

"Una de las revelaciones de la pasada temporada. Eso sí, 1 gol –uno de los momentos cumbre del equipo- y quizá uno en propia, aunque no hay testigo gráfico, son números algo bajos para un delantero que puede ocupar otras posiciones más defensivas también. Es el menos capacitado técnicamente de la plantilla, pero renueva –y es capitán- por su tenacidad, trabajo y disciplina táctica. Es rápido y recupera, toca bien a primer toque pero le falla el disparo. Y a veces se esconde en acciones ofensivas. Eso es lo que tiene que mejorar. Y quizá ser un poco más agresivo en el campo, tiene buenas piernas y debería buscar más contacto. De cualquier manera, sus ayudas defensivas son útiles para cerrar un partido y creo que puede dar bastante más de sí. En un hipotético equipo de fútbol 7 sería aún más importante que en el de sala. Clave asimismo para mantener la unidad en el vestuario, sus comentarios en el Toño son ya un clásico."

Nos acercamos a la biblioteca nacional donde encontramos a Heras rodeado de libros, preparando la temporada que entra. Levanta su cara y nos hace un simple gesto para decirnos que enseguida sale y se reúne con nosotros en la cafetería, repito, con un simple gesto, un maestro de la comunicación.

-Hola Carlos, gracias por concedernos esta entrevista.

-Muy buenos días. Es un placer por mi parte.
- Bueno capitán… Muchos le señalan como una pieza clave en lo referente al buen ambiente que reina en el vestuario, todos sus compañeros hablan maravillas de usted. ¿Qué dice al respecto?
-Entiendo que la conducta de mis compañeros es un reducto de las relaciones feudales de vasallaje: ahora que tengo una posición de poder me adulan porque me temen. No obstante también es cierto que asumo gustoso mi función institucional y tengo especial celo en hacer de la convivencia soldadesca cosa amena y enriquecedora para todos, tanto en el terreno de juego como en el de entrenamiento (Café Toño: bebidas isotónicas).
- Parece que tiene las ideas muy claras. ¿Cómo afronta esta temporada desde la capitanía?


Con muchísima ilusión. El equipo técnico ha configurado un bloque muy, todavía más, compacto, hay nuevos proyectos en el horizonte y una afición a la que no podemos defraudar. También soy consciente de mi responsabilidad, que afronto con el máximo respeto pero sin miedo.
- Aunque no haya miedo ¿cree que le podría pesar el brazalete? Metafóricamente claro.
Es posible, no lo negaré. Sé que tanto la prensa deportiva como la afición rojinegra; una de las más exigentes del mundo, según un trabajo reciente de L'equipe; me mirarán con lupa.
- Hablemos de la temporada pasada. Su gol contra Mezzi Campioni se recuerda como uno de los momentos más importantes y felices en la historia del Soldado ¿podría comentarnos cómo se vivió en primera persona?
-Bueno, mi recuerdo de aquello está algo nublado, debido al estado tan cercano al trance en el que saco mis mejores momentos para el Soldado. Sé que aquel día llegué tarde a calentar, como me sucede a menudo. Por lo demás, debo decir que hay momentos en la vida como son el de nacer, el de fenecer o el de meterle un gol al Mezzi Campioni en los que uno tiene conciencia de estar donde debe, y simplemente hace lo que se espera que haga.
- El equipo dará un salto al compaginar cemento con césped. ¿Qué puede aportar al equipo en fútbol 7 que no aportara en fútbol sala?
-En fútbol 7, con un campo mucho más grande y dos compañeros más, espero pasar desapercibido y sorprender. También entiendo que el nuevo terreno me facilita las cosas de cara a un juego basado en correr, y la portería más grande me abre opciones como goleador.
- Hablemos del nuevo entrenador. Es conocida su buena relación con el míster, ¿usted cree que se tendrá que ganar el puesto como todos los demás o parte con ventaja?
-No puedo confirmar ni desmentir mi buena relación con el míster más allá de la convivencia que es natural en el equipo, pero lo cierto es que me conoce bien como jugador. En ese sentido, sabrá dosificar mis esfuerzos adecuadamente. No siendo partidario de jugar por jugar -y es que más valen 15 buenos minutos que 40 a medio gas-, no creo que importe una eventual ventaja respecto a mis compañeros.
- ¿Hasta dónde llega su poder en el club? Es decir, ¿cómo capitán ha tenido usted voz y voto a la hora de decidir los fichajes?
-Sí, claro. Ya a finales de abril tuve una charla informal con los señores García y Gil García, donde fingiendo hablar de política de cara a miradas indiscretas definimos las líneas maestras de lo que sería nuestra incursión en el mercado de verano. Siempre tratando de ser un mero portavoz de la plantilla, como no puede ser de otra manera.
- Qué sutileza la suya. Bueno, entonces supongo que ya tendrá una opinión creada sobre las incorporaciones.
-Son auténticas fieras futbolísticas, creo que van a hacer nuestro equipo más competitivo, y su juego aún más vistoso. No obstante debo decir que el “fichaje” que me puede llenar por completo no es otro que el de Papi.
-Como capitán. Con las incorporaciones, y el tema de las posibles salidas, ¿cree que la convivencia en el vestuario será más difícil este año o que el equipo será un bloque en el que todos "tiran" hacia el mismo lado?


-No me cabe la menor duda de que será lo segundo. Entiendo que las nuevas incorporaciones son soldados desde mucho antes de ser anunciados como tales. Quiero aprovechar la prensa para darles la más cálida y ya pública bienvenida.
-Sabemos que no le gusta hablar de temas extradeportivos, pero me veo obligado a preguntarle un par de cuestiones. Dada su posición en el equipo tiene algún tipo de potestad para evitar que un jugador elija a una determinada cheerleader. Si es así ¿lo ha hecho? o ¿tiene pensado hacerlo?
-Accedo a la capitanía con la máxima humildad, y por tanto no busco privilegios de ningún tipo.
- Una aún más personal ¿La cheerleader capitana se puede hacer pública?
-Siendo como soy un marinero en tierra y a la deriva, creo que lo mejor es no dar carnaza a la prensa rosa.
- Le repito que me sorprende lo claras que tiene las ideas. Sabemos cómo es su relación dentro del vestuario pero, como representate de los jugadores, ¿cómo es su relación con las más altas esferas del club?
-Mientras la presidencia siga siendo puntual en los pagos, excelente. Siento un fuerte aprecio por el presidente, que es el primer hincha del Soldado.
- Se nos está echando el tiempo encima. Las últimas ¿qué objetivos cree que tiene el club? ¿Se ve levantando algún trofeo?
-El objetivo es ganar cada partido con el mejor juego posible. Estoy convencido de que a la larga eso traerá títulos, pues la plantilla tiene potencial para ello.
-Finalicemos con un mensaje para la afición.
-El comienzo del curso es inminente, pero hemos de ver las cosas buenas que eso conlleva... Sí, estoy anunciando la proposición formal de una Cena durante la primera quincena del mes que entra. ¡Forza Soldado!

1 comentario:

  1. Increíbles, como siempre... jajaja. A ver qué os depara este nuevo reto :)


    (Buh).

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