miércoles, 26 de octubre de 2011

Soldado Miembro 6-1 Los Mercenarios

Directo a la escuadra. Potente, certero, sin oposición posible. Así entró el gol de Delsanz -uno de los mejores que se recuerdan en el equipo- y así salió el Soldado Miembro al campo. Barrió sin problemas a Los Mercenarios, equipo ya veterano en fútbol sala en su primer partido de la temporada en la categoría.
La tensión se cortaba con un cuchillo antes de empezar el encuentro. Ni el ex-capitán Casta ni el delantero estrella Critia aparecían, y eso significaba que el equipo contaría solo con un cambio. Además, Heras, Busi y Lovillo se perdían el partido por causas personales y Pablo por lesión.Dos bajas más podían haber sido demasiado para el equipo, que sólo había podido descansar un día desde el último partido oficial. Finalmente, el jacetano apareció y queda justificada la incomparecencia del canario, aquejado de un resfriado. Y entonces dio comienzo el partido
Empezó con un susto. Jugada del rival y tiro desde el lateral, bien blocado por Wah Chu Pichu. A pesar de este fuerte arranque, de Los Mercenarios no se volvió a saber. Un juego directo, muchas veces al primer toque, permitió al Soldado llegar en numerosas ocasiones con peligro a la meta rival, aunque no se conseguía finalizar.
Al poco tiempo, el jugador más vistoso del equipo contrario, el gordo, se desquició y propinó una patada en la espinilla al defensa soldadista Fer. El árbitro, dormido, no amonestó al jugador. Pero la falta resultante, botada por el mismo Fer, se convirtió en gol. Fuerte y al palo, el disparo sorprendió al portero rival, poco docto en la materia de parar, como ya parecían indicar sus guantes de lana.
Después de ese gol, poca historia. El equipo rival no se comparaba ni física ni técnicamente al Soldado, así que los tantos fueron cayendo por su propio peso. Primero fue Gaby y después Cristián. Lo que parecía una goleada sin respuesta pudo haber cambiado con un gol y un tiro al larguero de Los Mercenarios, que despertaron pero no supieron reengancharse al partido.
El que perdona la paga, y eso quiso remarcar Enrique con el poderoso chut desde larga distancia que encabeza esta crónica. Un golazo, repito. Más tarde anotaría nuevamente Cristian, en un movimiento rápido en el que batió a portero y defensa, y Nacho, que casi se mete dentro de la portería. Resaltar que se quedó sin anotar Diego, aunque hizo un partido muy completo y chutó en dos ocasiones al palo.
Inmediatamente después del gol del delantero soriano, el árbitro pitó el final. Los Mercenarios, aliviados por el cese de la tortura, saludaron a cada uno de los jugadores de su rival, a sabiendas de que les habían pasado por encima como un camión. Y a sabiendas también de que si el Soldado sigue jugando así, una goleada de este calibre no es bochornosa. Porque es, desde ya, uno de los principales aspirantes a campeón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario